
Ángel escribió por todo lo que nos merecíamos el mundial. Por todo lo que deseábamos ganarlo. Por todo lo que lo necesitábamos...
Y a estas horas, yo sólo puedo llorar de alegría, igual que cuando marcó Iniesta, igual que cuando el patán inglés, conocido en su casa y cancerland como Howard Webb, pító el final, igual que cuando Iker levantó la copa...
A estas horas, sigo sin creerme del todo, que somos ¡CAMPEONES DEL MUNDO!