Desde tierras escocesas, con tiempo desapacible, frío, viento, amenaza de lluvia.. quizás sea hoy el día que más desearíamos estar en España. Y todo porque mañana es el gran día, mañana es uno de esos días que siempre están marcados en rojo en el calendario, con un gran circulo alrededor.
Porque mañana es San Alberto, patrón de Ciencias. Porque llevamos 6 años celebrando esta fecha todos juntos, porque este día ha deparado grandes momentos, grandes fiestas, grandes conversaciones, mejores disfraces... porque no hay otro día igual en el calendario, porque es una excusa para reunirnos todos y pasar el día juntos, riendo, bailando, armando, gritando, cantando...
Porque estamos lejos, muy lejos, mañana nos perderemos esta celebración con todo el dolor que os podáis imaginar. Será un día especial para nosotros, son tantos años... son tantas experiencias. Nos hemos puesto pijamas, nos hemos vestido de gángsters, de papas ... Son muchas cosas para recordar en un solo post.
Demasiados recuerdos para escribir todos, para quedarse solo con unos pocos. Como no recordar esos desayunos con ginebra en casa de Javi (eso si lo podemos hacer mañana, a modo de homenaje ), esos botellones clandestinos, ya sea en el parque, en el descampado.... esas comidas en el EKU, esos cánticos camino de los bares... Confiamos y sabemos que sabréis mantener el listón alto ( y según las informaciones que nos llegan, incluso superarlo). Y sobre todo disfrutar y pasarlo lo mejor que podáis.
Solo os pedimos que mañana en algún momento del día, dondequiera que bebáis, dondequiera que comáis, levantéis un vaso, una botella, una taza o lo que tengáis a mano y brindéis a nuestra salud. Nosotros también lo haremos.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
martes, 9 de noviembre de 2010
El juego de la moneda
Por mucho que cueste creerlo, por mucho que os cueste aceptarlo, los hechos que a continuación relato son totalmente verídicos y sucedieron hará un par de semanas.
Noche de sábado en la ciudad de Edimburgo, 11 jóvenes comparten la sala de estar del piso de un albergue después de haber cenado y haciendo la previa para salir posteriormente de fiesta. 6 españoles y 5 franceses. Por un lado, los españoles se dedican a beber sidra jugando a un sucedáneo del quinito usando para ello los dados del teléfono móvil. En el otro lado los franceses ríen y beben igualmente.
Tras algunas botellas de sidra, hay que especificar que cualquier parecido con la sidra española es mera casualidad y aquí se vende envasada en botellas de 3 litros, nos encontramos en un estado de felicidad bastante alto. Entre normas absurdas y algún que otro pique clásico de este juego, uno de nosotros se da cuenta que los franceses están armando bastante escándalo y uno de ellos tiene los nudillos ensangrentados. Sorprendidos, miramos a ver que estaban haciendo y cual será nuestra cara al ver que el juego que practicaban era una animalada. Estaban jugando al juego de la moneda.
Este juego, al parecer popular en Francia y quizás en las cuevas de Atapuerca, consiste en jugar mediante turnos a hacer rodar una moneda (la que sea) en la mesa. El primero, de la manera que quiera y mientras la moneda quede rodando y sin caerse de la mesa, la echa a rodar, el siguiente jugador tiene que intentar mediante un leve toque que después de darle ésta siga rodando. Así hasta que alguno se le cae la moneda o no consigue hacerla girar. Y a éste es al que se le aplica el castigo.
El perdedor coloca su mano en la mesa apoyando los nudillos y el último jugador que hizo rodar la moneda tiene el derecho y el deber de lanzar la moneda, rasa, para golpear sus nudillos. La manera mejor de hacerlo según vimos en los franceses, es colocar el dedo índice y corazón en forma de V y con el pulgar deslizar la moneda con fuerza para que esta pase entre los dos dedos y alcance los nudillos de la víctima.
Ni que decir tiene que acabamos jugando. Ni que decir tiene que acabamos casi todos con los nudillos ensangrentados... Al final salimos de fiesta los 11 como si nos hubiéramos pegado, pero lo más ridículo de todo es que fue voluntariamente. Así que ya sabéis, estas navidades habrá nuevo juego en España!
Noche de sábado en la ciudad de Edimburgo, 11 jóvenes comparten la sala de estar del piso de un albergue después de haber cenado y haciendo la previa para salir posteriormente de fiesta. 6 españoles y 5 franceses. Por un lado, los españoles se dedican a beber sidra jugando a un sucedáneo del quinito usando para ello los dados del teléfono móvil. En el otro lado los franceses ríen y beben igualmente.
Tras algunas botellas de sidra, hay que especificar que cualquier parecido con la sidra española es mera casualidad y aquí se vende envasada en botellas de 3 litros, nos encontramos en un estado de felicidad bastante alto. Entre normas absurdas y algún que otro pique clásico de este juego, uno de nosotros se da cuenta que los franceses están armando bastante escándalo y uno de ellos tiene los nudillos ensangrentados. Sorprendidos, miramos a ver que estaban haciendo y cual será nuestra cara al ver que el juego que practicaban era una animalada. Estaban jugando al juego de la moneda.
Este juego, al parecer popular en Francia y quizás en las cuevas de Atapuerca, consiste en jugar mediante turnos a hacer rodar una moneda (la que sea) en la mesa. El primero, de la manera que quiera y mientras la moneda quede rodando y sin caerse de la mesa, la echa a rodar, el siguiente jugador tiene que intentar mediante un leve toque que después de darle ésta siga rodando. Así hasta que alguno se le cae la moneda o no consigue hacerla girar. Y a éste es al que se le aplica el castigo.
El perdedor coloca su mano en la mesa apoyando los nudillos y el último jugador que hizo rodar la moneda tiene el derecho y el deber de lanzar la moneda, rasa, para golpear sus nudillos. La manera mejor de hacerlo según vimos en los franceses, es colocar el dedo índice y corazón en forma de V y con el pulgar deslizar la moneda con fuerza para que esta pase entre los dos dedos y alcance los nudillos de la víctima.
Ni que decir tiene que acabamos jugando. Ni que decir tiene que acabamos casi todos con los nudillos ensangrentados... Al final salimos de fiesta los 11 como si nos hubiéramos pegado, pero lo más ridículo de todo es que fue voluntariamente. Así que ya sabéis, estas navidades habrá nuevo juego en España!
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